Crónica de un ROBO continuado
Parte XII
Jorge Ossa Londoño
Profesor demandado, profesor condenado, profesor subrogado
Los tres nuevos títulos, degradantes, que me ha conferido
la Universidad de Antioquia


La Universidad de Antioquia en el Concejo de Medellín y en la Asamblea Departamental. Nuestra universidad es un ente territorial, sin presupuesto regional. Parece que los argumentos académicos y espirituales no alcanzan a ser apreciados por nuestros actores políticos locales. Quiero, entonces, proponer otras reflexiones, de corte economicista, para contribuir a la adopción de políticas desde el nivel local, que reconozcan que la Universidad de Antioquia es, y ha sido, desde su fundación, en la temprana República; ¡que no fue en la colonia! un ente fundamental para la consolidación de la economía pujante de la gran ciudad y de la región.
La Universidad atrae y concentra a miles de connacionales y a cientos de extranjeros que dinamizan la economía; para no hablar de la cultura, de la Ciudad y la región: la ciudad de Medellín es una meca académica ante los ojos del mundo. Con su menguado presupuesto, la Universidad es una gran generadora de empleo de calidad; amén del subempleo y el “rebusque”” a que son sometidos los profesores de cátedra y ocasionales.
La Universidad presta el servicio de educación superior, PÚBLICA, para la inmensa mayoría de la población de menores ingresos de la ciudad y del área metropolitana; por lo menos el 16% de los estudiantes son habitantes de Medellín. Otros tantos son estudiantes pertenecientes a las regiones pueblerinas y campesinas de Antioquia y de otros departamentos, con las cuales la Ciudad mantiene una deuda social eterna y creciente, como fuente que son de la alimentación de calidad (la “chatarra” nace en las fábricas) para toda la población metropolitana. Una Universidad robusta, desde lo económico, lo académico, lo administrativo y lo moral, es garantía de sostenibilidad social para la gran urbe y para la región.
Es claro que la Universidad contribuye de manera muy significativa a la visibilidad de Medellín en el mundo y es, por tanto, un elemento fundamental para el “goodwill” de la marca MEDELLÌN y ANTIOQUIA. Estamos en mora de reconocer de manera real y efectiva que la educación PÚBLICA es un derecho fundamental y, desde luego, obligación del Estado; desde el municipio y el departamento hasta la nación. Este momento de afugias, debería ser la ocasión para saldar deudas con la Institución Bicentenaria que presta sus servicios a la comunidad más vulnerable; ésto, si verdaderamente queremos asegurar paz y prosperidad para generaciones futuras.


Jorge Ossa Londoño
Vicepresidente de APROJUDEA